El sindicato de 1.7 millones de maestros ha mantenido alianzas con el Ejecutivo y su partido para beneficio mutuo, según expertos.
En calles aledañas al Zócalo capitalino, integrantes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) invitan a la gente a afiliarse a Morena, el partido fundado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador.
“No se tarda más de dos minutos, (solo) con su INE”, explica una mujer a través de un altavoz. Aprovechan a la gente congregada en el primer cuadro de la ciudad con motivo del mitin al que llamó la presidenta Claudia Sheinbaum para informar el nuevo aplazamiento de los aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump.
Días antes, los profesores del SNTE trabajaban por las calles de la colonia Impulsora, en Nezahualcóyotl, Estado de México, invitando casa por casa a sumarse al partido oficial que tiene la meta de llegar a 10 millones de miembros este año.
El líder del SNTE, Alfonso Cepeda, prometió aportar 5 millones de personas al partido, y por ello, los maestros recorren las calles de las 57 secciones del país y trabajan con la ayuda de 6,000 tabletas proporcionadas por la dirigencia de Morena.
Con ellas, los profesores recaban los datos de las credenciales del INE, teléfono, correo electrónico, y les toman fotos a las personas para armar la base de datos de los integrantes.
Cepeda aclaró que la incorporación a la labor es voluntaria, así como la propia afiliación de los maestros. “Tenemos maestros de todos los partidos, pero hay muchos, muchos, que están convencidos en afiliarse a Morena y nosotros facilitaremos que se afilien”, comentó el también senador el 18 de febrero.
Para analistas que han seguido la historia del SNTE, esta práctica solo reafirma el papel que el magisterio oficial ha jugado históricamente con los partidos en el poder.
“Ha sido una relación estrecha, con ciertas tensiones, porque el SNTE, por lo general, ha buscado alinearse”, explica Lucrecia Santibáñez, experta en educación que por muchos años ha estudiado al sindicato y hoy es profesora de la Universidad de California en Los Ángeles.

El acercamiento a Morena y Sheinbaum
Con 1.7 millones de agremiados, el SNTE se mantiene como un importante operador electoral por las movilizaciones y cantidad de votos que puede aportar, así como un aliado estratégico para impulsar o rechazar cambios en la política educativa del país.
Carlos Ornelas, profesor del Departamento de Educación en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), recuerda que este apoyo no es gratuito, pues siempre es a cambio de estar cerca y obtener concesiones para el magisterio.
“El SNTE está con el régimen, pero no es gratis”, subraya. “A cambio de votos, a cambio de ser los operadores electorales de Morena, quieren prebendas”, expresa.
Para él, el acercamiento del sindicato con Morena tiene al menos dos intenciones: por una parte, Sheinbaum los prefiere de aliados para echar a andar modificaciones en la educación básica, incluyendo la revisión de los libros de texto gratuitos diseñados en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador que tanta polémica generaron.
El lunes 10 de marzo, el secretario de Educación Pública, Mario Delgado, informó que, por instrucciones de la presidenta, se revisaron los libros de matemáticas de primero, segundo y tercer año de primaria y que para el siguiente ciclo escolar se repartirán estos materiales corregidos.
A decir del académico, estas decisiones podrían marcar un cambio en materia educativa entre el gobierno actual y el de López Obrador.
“Es el preámbulo de un rompimiento con la política educativa del gobierno anterior y en eso el sindicato va a ser fundamental, va a jugar un papel crucial”, considera.
Además, la presidenta Sheinbaum busca mejorar el modelo de asignación de plazas docentes y, ahí, pronostica el investigador, podría estar la negociación con el SNTE.
Durante años, el sindicato operó la entrega de plazas, proceso en el que se han señalado actos de corrupción, y por ello, en 2019 se creó la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM), un órgano que asigna plazas a través de exámenes y méritos de los profesores.
Este proceso nunca ha gustado al magisterio, sostiene Carlos Ornelas, por lo que los sindicatos presionan, para mantener el control de las plazas y promociones docentes.

Aliados en la reforma al ISSSTE
La presidenta impulsa, además, una reforma a la Ley del ISSSTE , a la que se opone la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), el sindicato disidente, con protestas en diferentes ciudades.
Los docentes convocaron a un paro nacional en las escuelas del país para el 19 y 20 de marzo y a una manifestación el viernes 21,con el objetivo de protestar ante la reforma que, aseguran, cambia la fórmula de calcular las cuotas de los trabajadores del Estado para la seguridad social.
Algunos miembros del SNTE también se han sumado a las manifestaciones, pero la postura oficial del sindicato es a favor de la reforma, al considerar que no aumenta las cuotas y defiende que Sheinbaum ha atendido las demandas del magisterio.
AMLO y el SNTE
En su sexenio, Andrés Manuel López Obrador presumió su buena relación con los docentes. Mantuvo una relación cordial con el SNTE, con quien pactó cercanía y apoyo desde su campaña presidencial.
El sindicato fue su aliado, pues no solo canceló la reforma educativa de 2013 realizada con Enrique Peña Nieto, también entregó bases automáticas a docentes, eliminó las instituciones encargadas de la evaluación de alumnos y prometió incrementar el salario al magisterio.
No así con la CNTE, con la que tuvo diversas tensiones en su gobierno, incluso, en varias ocasiones los maestros de la disidencia bloquearon el paso de López Obrador por los caminos del sur del país, pues acusaban falta de cumplimiento a compromisos acordados.
Para el SNTE, el sexenio cerró otorgando una senaduría de Morena al dirigente de los maestros.
Es común, apunta el catedrático, que los partidos que gobiernan entreguen posiciones de poder a los líderes sindicales, sobre todo en el Congreso federal y en los congresos estatales, para mantener cercanía y lealtad.
Operador del PRI
El SNTE nació hace 81 años como un “aparato del Estado”, por interés del gobierno de “unificar” los organismos gremiales de los docentes, y no por la voluntad de estos, explica el profesor de la UAM.
Funcionó como un sindicato corporativo, es decir, que afiliaba a todos los docentes obligadamente y también los consideraba miembros del PRI. Esto se estableció en sus estatutos hasta 1992, cuando se canceló la afiliación forzosa al SNTE.
Antes de lograr elecciones democráticas, recuerda Ornelas, los maestros eran representantes del PRI en las casillas electorales, presidentes de estas o escrutadores de votos.
Dulce Soto expansion
