Ismail Kadaré (1936-2024) encontró en los totalitarismos y su impacto en la vida cotidiana, el material primigenio de su literatura. Su visión siempre crítica nunca hizo concesiones, sin embargo, su trabajo fue más allá de la política, a lo largo de sus obras experimentó con las formas y estructuras de la narrativa. Méritos para obtener el Nobel de Literatura le sobraban, pero por alguna extraña razón la Academia Sueca nunca se lo dio, en todo caso el narrador albanés es un autor fundamental de nuestra época y a continuación te sugerimos cuatro de sus libros básicos.
El general del ejército muerto. Alianza.
Novela que nos pone en la piel de un general italiano que, tras la Segunda Guerra Mundial, tiene el propósito de recuperar los cadáveres de sus compatriotas caídos en Albania. Junto a un capellán militar, recorrerán el país ante la escéptica mirada de sus habitantes. El autor construye una fábula que descubre las penurias en la postguerra, con una gran dosis de realidad que te hará conocer el sufrimiento de las personas a la vez que descubres el modo de ser de los ciudadanos de Albania tras el conflicto bélico.
El palacio de los sueños. Alianza.
La construcción fabulosa de una especie de reino de la muerte, de un infierno en el que los sueños y el inconsciente colectivo son analizados y censurados, se convierte en una de las mejores alegorías del poder totalitario levantadas por Ismaíl Kadaré, así como uno de sus más perfectos logros narrativos.
onsiderada como una de las obras claves del albanés, la novela cuenta la ruptura de relaciones entre China y Albania en 1978, catorce años después del traumático cisma con la URSS. A través de una estructura circular y con varias novelas cortas intercaladas refleja como pocos cómo era la vida cotidiana al interior de un régimen comunista.
Tres minutos. Sobre el misterio de la llamada de Stalin a Pasternak. Alianza.
Kadaré traza en este libro un laberinto de versiones sobre un episodio mítico de la era staliniana y, sin embargo, ínfimo por su duración. Se trata de la conversación telefónica entre Stalin y Borís Pasternak en junio de 1934, que apenas duró tres minutos y que en la Unión Soviética y en los países del bloque del este dio lugar a todo tipo de rumores e interpretaciones, empeorando aún más la imagen del gran escritor ruso.
Redacción AN / HG