Es 2024 y el dilema sobre quién debe pagar en una primera cita sigue generando debates, reflejando las expectativas en las relaciones modernas
El eterno dilema de quién debe pagar en la primera cita ha sido motivo de debate durante décadas, pero en 2024, con el auge de las redes sociales, esta conversación ha alcanzado nuevas dimensiones. Una interacción reciente, que se ha hecho viral en diversas plataformas, ejemplifica cómo las expectativas y valores en torno a este tema siguen chocando.
En la conversación compartida en internet, una persona manifiesta su incomodidad por el hecho de que su cita no haya ofrecido siquiera compartir los gastos. “No me gusta quedarme con nada”, señala, y añade que la falta de un simple “gracias” al final de la velada fue decepcionante. Su contraparte responde con una postura clara: “Pues si alguien me invita, esa persona paga”, sugiriendo que quien toma la iniciativa de invitar, asume la responsabilidad financiera.
Este intercambio ha sacudido a los usuarios de redes como Twitter, donde la discusión está cargada de emociones. Algunos, como Wilson (@ivanchu83602159), sostienen que el comportamiento de la persona durante la cita revela si merece una segunda oportunidad: “Un hombre inteligente sabe si la va a invitar a salir o no… si una chica se la pasa hablando de dinero, es que solo le interesa eso”.
Por otro lado, usuarios como Aldley Huxdous (@MonociClown) no dudan en criticar a quienes invitan y luego quieren dividir la cuenta: “Si lo que querías era sexo a cambio de dinero, hubieras pagado una prostituta”.
La historia de Jaz (@perriony) también ha dado mucho que hablar. Durante su cita con un doctor que, según ella, se sentía “sabelotodo”, optó por pagar su parte para no sentirse en deuda y evitar futuros encuentros, solo para que él le pidiera que lo llevara a su casa. “Cita horrible”, comenta, mostrando cómo el acto de pagar no siempre cierra las puertas a situaciones incómodas.
Las opiniones siguen divididas. Para algunos, pagar la cuenta es un símbolo de galantería. bichito79mx (@bicho79MX) insiste en que “un hombre que no paga se ve débil”, mientras que otros, como Ekaterina Roth (@Roth1979E), defienden que siempre es mejor llevar dinero suficiente para evitar malos momentos: “Si tan horroroso es comer con alguien, te paras, pides la cuenta por separado y tan tan”.
El tema se complica cuando se asocia el pago de la cuenta con expectativas más allá de la cena. Spacedock Fondue (@temudjinngk) llega a afirmar que aceptar una salida implica un “contrato implícito” de intimidad, una postura que ha generado repudio. Yugmi (@YugmiC) rechaza esa idea con dureza: “Si no te gustó la morra, pos ya, no le vuelves a hablar y ahí acaba el pedo”.
Entre quienes apoyan la equidad y los que defienden la galantería, el debate sigue creciendo. Las redes sociales se han convertido en el foro para discutir la cuestión, y aunque no hay consenso, una cosa está clara: las expectativas en torno a quién paga en una primera cita reflejan mucho más que solo un intercambio económico; son un espejo de los roles de género, las dinámicas de poder y las reglas implícitas que aún rigen las interacciones románticas.
¿Debería quien invita pagar, o es más apropiado dividir la cuenta?
La pregunta sigue sin respuesta definitiva, pero lo que sí está claro es que este tema continuará generando polémica en los años por venir.
N. de la R. El debate sobre quién debe pagar en la primera cita está fuertemente influenciado por las normas culturales y sociales que han cambiado con el tiempo. En décadas pasadas, las expectativas tradicionales, especialmente en sociedades más conservadoras, asignaban al hombre el rol de pagador en virtud de su supuesto rol de “proveedor”. Sin embargo, en la actualidad, la equidad de género ha modificado estas dinámicas, promoviendo que ambos participantes de la cita compartan los costos. Este cambio está impulsado, en gran parte, por la creciente independencia económica de las mujeres y el cuestionamiento de los roles de género tradicionales. Un estudio de 2020 de la Universidad de Chapman en California reveló que el 57% de las mujeres estadunidenses aún espera que el hombre pague en la primera cita, pero un 72% de los hombres indicaron que se sentirían incómodos si la mujer no ofreciera al menos dividir la cuenta. Esto resalta que, aunque las expectativas han evolucionado, aún persisten diferencias de opinión basadas en género y normas sociales. En las redes sociales, estas discusiones se ven amplificadas por la inmediatez y la posibilidad de compartir experiencias personales, haciendo que los casos virales, como los mencionados en tu texto, se conviertan en puntos de referencia para analizar cómo las expectativas y valores en torno a las relaciones están en constante negociación.
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