La tuna es un fruto perteneciente a la familia de las cactáceas, conocido por su cáscara gruesa y espinosa, así como por su pulpa rica en semillas. Este alimento destaca por su valor nutritivo, ya que aporta vitaminas, minerales y proteínas.
En México, aproximadamente el 98% de la producción nacional de tuna se consume internamente. La variedad más popular es la ‘Reina’, que presenta pulpa blanca o verde clara, aunque existen otras variedades que ofrecen colores como amarillo, naranja, púrpura y rojo.
Las principales regiones productoras de tuna son el Estado de México, Zacatecas y Puebla, que juntas representan el 80% de la producción nacional.
La popularidad de la tuna ha trascendido las fronteras de México, siendo valorada en diversas culturas por sus propiedades nutritivas y su versatilidad en la cocina. Este fruto no solo es fundamental en la gastronomía mexicana, sino que también se incorpora en platillos de otros países, donde se reconoce su riqueza.
¿Cuáles son los beneficios de la tuna?
De acuerdo con el Poder del Consumidor, la tuna es una fuente notable de vitamina C, un antioxidante natural. Además, contiene fitoquímicos como compuestos fenólicos y flavonoides, que se han asociado con efectos anticancerígenos.
Un estudio realizado en México indica que el jugo de tuna podría ofrecer protección contra el cáncer de colon y próstata.
Asimismo, este fruto es una excelente fuente de fibra, la cual ayuda a regular los niveles de glucosa y colesterol en sangre, lo que la convierte en una opción adecuada para quienes buscan cuidar su salud metabólica.
Adicionalmente, la tuna es rica en minerales como potasio, magnesio, calcio y fósforo, esenciales para el adecuado funcionamiento del organismo.
Cabe destacar que las personas con diabetes deben controlar las porciones de esta fruta, debido a su potencial efecto en los niveles de azúcar en sangre, especialmente cuando se combinan con medicamentos hipoglucemiantes.
