El ponche ayuda a prevenir enfermedades respiratorias gracias a su alta carga de vitamina C
El ponche, bebida tradicional de las celebraciones navideñas en México, no solo es delicioso y reconfortante, sino que tiene un origen sorprendentemente lejano.
Según la Universidad Nacional Autónoma de México, esta bebida tradicional mexicana tiene raíces en la India, donde originalmente se conocía como ‘pañc’, una palabra que significa ‘cinco’ en referencia a los cinco ingredientes originales: alcohol, agua, azúcar, limón y té.
La UNAM explicó que esta bebida se dio a conocer internacionalmente a través de las expediciones de la Compañía Británica de las Indias Orientales, que la llevó a Europa.
“Posteriormente, Gran Bretaña la fue esparciendo en sus colonias en América, y España hizo lo propio en los países que dominó durante la Conquista“, señaló la institución. A partir de ese momento, el ponche fue adaptándose y adquiriendo características propias en cada región del continente americano.
En México, el ponche se disfruta principalmente entre los meses de noviembre y enero.
La receta tradicional incluye ingredientes como caña, ciruela pasa, manzana, canela, tamarindo, tejocote, guayaba y piloncillo, aunque también pueden añadirse mandarina y flor de Jamaica. Además de ser una bebida reconfortante, es nutritiva y tiene beneficios específicos para la salud.
De acuerdo con Mariana Isabel Valdés Moreno, jefa de la carrera de Nutriología de la FES Zaragoza, el ponche tiene dos beneficios primordiales: ayuda a prevenir enfermedades respiratorias y aporta fibra.
Valdés Moreno destacó que “el ponche ayuda a prevenir enfermedades respiratorias gracias a su alta carga de vitamina C”. Este nutriente se obtiene principalmente de la guayaba, un fruto que también favorece la salud cardiaca gracias a su contenido de potasio. Por otro lado, ingredientes como la manzana, el tamarindo y la ciruela pasa aportan fibra, esencial para prevenir el estreñimiento.
Además, el tejocote y la canela contribuyen a disminuir los niveles de glucosa en la sangre, mientras que la flor de Jamaica ayuda a limpiar el hígado y los riñones, además de reducir el colesterol y controlar la presión arterial. El tamarindo, por su parte, es conocido por sus propiedades antiinflamatorias, que benefician las articulaciones, músculos y vasos sanguíneos.
Sin embargo, Valdés Moreno advirtió sobre la necesidad de moderar la cantidad de azúcar añadida al ponche, ya que la caña de azúcar y las frutas ya aportan suficiente dulzura. “Si sumamos lo dulce de la caña con lo que cada fruta otorga, entonces no hay necesidad de agregar azúcar o piloncillo. Hay que tomar en cuenta también que, con cada hervida, se vuelve más dulce”, explicó.
Finalmente, la especialista recomendó limitar el consumo de ponche a uno o dos vasos diarios, recordando que esta bebida suele formar parte de comidas ricas en calorías durante la temporada navideña.
“Un vaso de ponche natural puede tener en promedio 150 calorías, pero con azúcar o piloncillo puede aumentar a 250 o 300. Es importante mantener el autocontrol y considerar el contexto en el que se consume el ponche”, concluyó.
Así, el ponche no solo representa una tradición culinaria, sino también una oportunidad para disfrutar de sus beneficios de manera responsable.
Redacción AN / RDG